Natalia Vedenina conoció a Paul en un sitio web de amistad, con el simple objetivo de hacer nuevos amigos en otros países. A sus 52 años, jamás imaginó que acabaría enamorándose de un joven de 25 años. Su relación comenzó con llamadas frecuentes por Skype.
Paul, un programador que trabaja de manera remota, y Natalia, quien llevaba años retirada debido a una discapacidad que le impedía salir de casa, mantuvieron una relación a distancia durante tres años.
En ese tiempo, Paul presentó a Natalia a su familia.
Al cuarto año, Paul pagó el billete de avión para que Natalia lo visitara. La familia de Paul la recibió con los brazos abiertos, y después de una semana juntos, él le propuso matrimonio, una oferta que Natalia aceptó emocionada.
La pareja celebró dos bodas: una lujosa en África y otra más íntima en Cherepovets, rodeados de amigos.
Por amor a Natalia, Paul decidió mudarse a Rusia, donde encontró empleo como tractorista antes de convertirse en autónomo, lo que incrementó notablemente los ingresos familiares.
En 2017, Natalia dio a luz a gemelos, Daniel y David. La noticia fue recibida con gran entusiasmo por más de trescientas personas, entre amigos y familiares, quienes se congregaron bajo las ventanas del hospital donde Natalia estaba ingresada.
Paul se adaptó completamente a la vida en Rusia. Se convirtió a la ortodoxia y asistía regularmente a la iglesia los domingos. Además, desarrolló un gusto por los baños rusos, y su madre, quien lo visitó durante varios meses, cuidó con dedicación a sus nietos.