Cuando se mudó a San Francisco, una joven llamada Tessa McLean alquiló una casa que parecía haber sido construida en el siglo pasado. Al subir las escaleras hacia el segundo piso, notó una curiosa palanca en la pared, sin saber para qué servía.
Intrigada, decidió probarla y la bajó. Entonces, algo sorprendente ocurrió: la puerta principal de la casa se abrió automáticamente.
Tessa compartió el insólito descubrimiento en su cuenta de Twitter, mostrando este ingenioso invento del siglo XX. Resulta que, en épocas pasadas, la gente encontraba formas creativas de ser perezosa.
Estas palancas fueron populares entre 1880 y 1930. Se instalaban en casas donde las familias no podían permitirse criados, permitiendo abrir la puerta a los invitados sin necesidad de bajar desde el segundo piso. Para quienes aún se preguntan a qué me refiero, es simplemente eso.
For the confused, here’s what I mean. 📹 to @David_Dreyfus pic.twitter.com/jG6K1ZGIcx
— Tessa McLean (@mcleantessa) October 21, 2020