El misticismo suele entenderse como la unión con Dios o con el Absoluto, pero en realidad su significado es mucho más amplio. Puede referirse a cualquier estado de éxtasis o de conciencia alterada al que se le otorga un valor espiritual o religioso.

El misticismo también expresa el camino interior de transformación del ser humano y la búsqueda de verdades ocultas y trascendentales, un proceso que se desarrolla mediante diversas prácticas y experiencias espirituales.
El término proviene del griego antiguo, del verbo μύω (mýō), que significa «cerrar» o «ocultar». En el cristianismo primitivo y medieval, el misticismo abarcaba las dimensiones bíblica, litúrgica, espiritual y contemplativa de la fe.
Con el tiempo, especialmente en la época moderna, su sentido se ha ampliado:

hoy designa el conjunto de doctrinas, creencias y experiencias orientadas a explorar estados extraordinarios de conciencia, la iluminación interior y una comprensión más profunda de la existencia humana.

