Existen situaciones que deben compartirse para alertar a los demás, y esta historia, destacada en varios medios, es un claro ejemplo.
Birgitte Kallestad, una joven de 24 años, conocida por su alegría, amabilidad y estilo de vida activo, vivió una tragedia inesperada.
Amante de los animales, su pasión la condujo a un desenlace fatal. En febrero de 2019, durante unas vacaciones en Filipinas con amigos, Birgitte se cruzó con un cachorro abandonado. Aunque los animales callejeros son comunes en la zona, ella no pudo ignorar al indefenso perrito.
Birgitte decidió cuidarlo, bañándolo, alimentándolo y llevándolo a un refugio local. Pasó varios días junto a él, sin mayores preocupaciones.
A pesar de sufrir algunos rasguños y mordeduras accidentales, curó sus heridas sin imaginar el riesgo que corría. El 4 de mayo de 2019, llegó la devastadora noticia: Birgitte estaba infectada con rabia, siendo el primer caso humano en Noruega en 200 años.
Aunque buscó atención médica previamente, los síntomas de la enfermedad fueron tan inusuales que los médicos no lograron identificarla a tiempo.
Tristemente, Birgitte falleció el 6 de mayo de 2019, solo dos días después de su diagnóstico. La rabia es mortal una vez que aparecen los síntomas y no tiene cura.
El tratamiento puede ser efectivo, pero solo si se administra poco después del contacto con el virus.
Esta historia es una advertencia crucial, especialmente para turistas y amantes de los animales. La rabia está presente en más de 120 países y puede transmitirse con un simple arañazo o a través de la saliva de un animal infectado.
Birgitte solo quiso ayudar a un ser vulnerable, pero lamentablemente pagó un precio demasiado alto. Mantente alerta y siempre protégete