Una pareja casada constantemente tiene que demostrar que sus hijos, Clay y Cole, son gemelos, ya que no tienen ninguna semejanza física.
Clay tiene el cabello rubio, la piel clara y ojos azules, mientras que Cole posee cabello y piel castaños, con ojos marrones. Esta diversidad se debe a la genética de sus padres: la madre es británica y el padre jamaicano.
Aunque es raro que los hermanos gemelos hereden rasgos tan distintos, este es el caso que sorprende a todos.»Cuando conocemos gente nueva, no creen que sean gemelos», comenta la madre.
Una vez que aceptan la verdad, surgen numerosas preguntas.“Nos detienen constantemente en la calle para preguntar sobre los gemelos. Cuando estaba embarazada, mi esposo y yo nunca nos preocupamos por cómo se verían, y mucho menos imaginamos que serían tan diferentes”.
Además de sus apariencias, también tienen personalidades opuestas. Sin embargo, eso no afecta su relación, pues se llevan de maravilla.“Nuestros chicos tienen un vínculo increíble. Son como un equipo pequeño, cada uno con su rol».