En noviembre, en una ciudad mexicana, se descubrió un perro atado a un banco en la calle. A su lado, había una nota que, al leerla, no podía dejar a nadie indiferente. Desafortunadamente, las historias tristes de animales son comunes, pero aún queremos creer que el mundo está lleno de bondad y que cada relato doloroso puede tener un final feliz.
El dueño del perro era un niño que dejó una nota explicando por qué se veía obligado a separarse de su querido amigo peludo. En la nota, el niño solicita a personas amables y cariñosas que adopten al perro, llamado Max. El niño admite que le duele profundamente tomar esta decisión, pero siente que no tiene otra opción debido al maltrato y los insultos que Max recibe de parte de sus familiares.
Expresa su deseo de que Max encuentre un hogar lleno de amor, ya que le resulta insoportable ver sufrir al perro. Max fue recogido por unos voluntarios que lo acogieron con cuidado. Al principio, el perro estaba asustado y nervioso, pero con el tiempo comenzó a confiar en las personas. Se calmó, estableció buenas relaciones con los voluntarios y ahora se encuentra en un refugio.
Max espera encontrar una nueva familia que le brinde un ambiente cálido y afectuoso, donde pueda superar su miedo y tristeza.
Los voluntarios decidieron darle un nuevo nombre, Boston, con la esperanza de ayudarle a olvidar su pasado.
Actualmente están buscando nuevos dueños que puedan ofrecerle el cariño y consuelo que tanto merece. El gesto del niño puede haber sido un paso crucial, y ahora el futuro de Boston parece un poco más esperanzador.