Amamantar en público es un tema que genera mucho debate. Los bebés necesitan alimentarse cuando tienen hambre, y las mamás quieren poder hacerlo en cualquier lugar. A menudo, las madres están dispuestas a dar el pecho en público, pero no siempre reciben la aceptación de quienes las rodean. A pesar de esto, cada vez más personas están reconociendo la normalidad de esta práctica, aunque todavía atrae más miradas que la alimentación con biberón, y muchas veces esas miradas no son positivas.
Queremos compartir la historia de Melanie Libson Dudley, una madre lactante que en 2018 vivió una situación inesperada. Mientras amamantaba a su bebé en un restaurante, un extraño se le acercó y le pidió que se cubriera.
Melanie trataba de ser discreta: se sentó en un rincón, de espaldas, y usó una manta para cubrirse. Sin embargo, el intenso calor la llevó a quitarse la manta. Después del incidente, comentó: «Normalmente soy discreta, pero estábamos en la parte trasera del restaurante. Tenía la manta puesta, pero hacía 35 grados y mi bebé estaba sudando.
Así que me la quité». La reacción del desconocido la dejó «atónita». Para evitar una confrontación, le pidió a su esposo una manta de lactancia y se cubrió la cabeza. Dijo: «No sé por qué lo hice. Fue una reacción instintiva. No sabía qué decir».
El momento fue captado en una foto por su marido y se compartió rápidamente en Facebook. La historia generó un gran revuelo, revelando que Melanie no estaba en un país musulmán y que el que le hizo la solicitud era un hombre.
La publicación recibió más de 100,000 reacciones y numerosos comentarios.
Muchos apoyaron a Melanie, afirmando que tiene derecho a amamantar donde desee, mientras que otros defendieron la opinión del extraño. Lo más importante para Melanie fue darse cuenta de que, pase lo que pase, siempre habrá quienes nos juzguen.
No hay razón para tomarse esas críticas demasiado en serio. Lo esencial es disfrutar de cada momento y la maravillosa experiencia de ser madre.