Esta mujer musculosa de rostro inconfundible es la Princesa de Bulgaria. Sin embargo, su apariencia ha cambiado drásticamente con el paso de los años.

De niña, era una gran belleza, pero varias cirugías estéticas y su dedicación constante al deporte han transformado su imagen de manera notable.

Kalina, nacida en Madrid en 1972, es hija del zar Simeón II de Bulgaria. Desde pequeña, fue la niña consentida de la familia, rodeada de cariño por parte de sus padres y hermanos. Creció en un entorno privilegiado, disfrutando de una educación de alta calidad. Apasionada por la literatura y el arte, también destacó por sus habilidades ecuestres, en sintonía con su estatus real.

Tras finalizar sus estudios, Kalina se retiró paulatinamente de la vida pública. Este distanciamiento se intensificó en 2002, cuando se casó con Kitin Muñoz, un explorador y empresario español.

En su boda, lució un imponente vestido blanco, pero su aspecto provocó comentarios. Un cambio evidente en su nariz llamó la atención de los medios, generando especulaciones sobre una posible cirugía plástica.
Cuando nació su hijo en 2007, los cambios físicos fueron aún más evidentes. Las especulaciones sobre cirugías plásticas aumentaron, especialmente en relación a su rostro, que algunos consideraban deteriorado. Kalina también comenzó a centrarse más en el ejercicio físico, lo que transformó aún más su figura.

Cada vez más musculosa, perdió su silueta esbelta, y algunos observadores señalaron un aspecto más “rígido” en su cuerpo.
Así, en lugar de la imagen de una princesa delicada y refinada, ciertos miembros del público empezaron a verla como una mujer con rasgos más masculinos. Las razones detrás de estos cambios radicales en su aspecto han generado muchas interrogantes.

