Los gemelos siempre atraen miradas curiosas. Las personas a su alrededor tienden a buscar las diferencias entre ellos.
Los científicos también están fascinados por el fenómeno, tratando de comprender cómo existe una conexión casi telepática entre estos parientes. Generalmente, los gemelos se parecen mucho, aunque pueden ser de diferente sexo o tamaño.
Sin embargo, existen casos excepcionales en los que presentan diferencias en el color de piel. En la primavera de 2005, la familia Hodgson recibió un nuevo miembro: dos hijas nacidas con apenas un minuto de diferencia.
La madre, Kylie, notó primero los ojos azules y solo luego se dio cuenta de la diferencia en el tono de piel de sus hijas. Una tenía la piel más clara y se llamaba Remy, mientras que la otra, Qian, tenía la piel más oscura.
Las niñas tenían ascendencia con tonos de piel claros y oscuros. La naturaleza, en combinación con la genética, creó un milagro.
Casos como este, gemelas con distintos colores de piel, son extremadamente raros, ocurriendo en menos de una entre un millón. Los padres esperaban que las niñas se asemejaran más con el tiempo, pero esto no sucedió. Con los años, los ojos azules de Qian cambiaron a marrones y su piel se oscureció aún más, acentuando la diferencia entre las hermanas.
Remy continuaba siendo una rubia de ojos azules y piel clara, mientras que Qian, con su piel oscura, cautivaba a todos con sus grandes ojos oscuros y rizos negros.
Muchos dudaban de que fueran hermanas y se preguntaban por qué siempre vestían igual. La sorpresa fue aún mayor al descubrir que eran gemelas. Los científicos creen que esta asombrosa diferencia se debe a que los padres de las niñas eran mestizos.
Como suele ocurrir con los gemelos, las niñas tienen gustos y temperamentos distintos. Qian es más mandona y ruidosa, le encantan los animales y el rap. En cambio, Remy es tranquila, disfruta jugando en la cocina con su madre y piensa cuidadosamente antes de actuar.
A pesar de todas sus diferencias, las chicas siguen siendo las mejores amigas. Se conocen bien y valoran la singularidad de su nacimiento.