Hay momentos extraordinarios en la vida que, aunque impresionan profundamente, son conocidos por muy pocas personas. Hoy queremos compartir una historia real que seguramente no les dejará indiferentes y que revela la verdadera devoción de un lobo por una persona.
Esta historia ocurrió en los bosques de Rusia, donde una mujer llamada Valentina vivía con su marido, un guardabosques, en una casa aislada en un denso bosque. El único guardián de la propiedad era un perro con aspecto de lobo. Un día, la casa fue devastada por un incendio a primera hora de la mañana. En ese momento, el dueño y su hijo pequeño aún dormían, mientras que Valentina había ido al pueblo cercano a comprar comida para la familia.
Sorprendentemente, el perro, en lugar de intentar salvarse, corrió hacia el fuego y logró rescatar al niño. Desafortunadamente, el marido de Valentina murió en el incendio. El perro, que sufrió graves quemaduras al salvar al bebé, logró sobrevivir.
Con el tiempo, Valentina encontró la fuerza para mudarse a un bosque vecino, conocido por la abundancia de osos y lobos. Al principio, todo parecía tranquilo, pero de repente, el perro desapareció, lo que dejó a Valentina muy preocupada, ya que era el único protector de la familia.
La acumulación de estrés del día anterior, junto con la pérdida del perro, afectó visiblemente su salud. Pocos días después, el perro regresó, y no vino solo: había traído consigo a una loba. Aunque no se sabe cómo lo hizo, estaba claro que la loba no tenía intención de regresar al bosque.
Sin embargo, los lobos no suelen convivir con los humanos, por lo que cada vez que Valentina se acercaba a la loba, esta empezaba a gruñir. Con el tiempo, la loba dejó de mostrarse agresiva y empezó a permitir que Valentina se acercara. La mujer pronto se dio cuenta de que el comportamiento de la loba no era casual: la depredadora estaba visiblemente debilitada y enferma.
Cuando el animal ya respiraba con dificultad, Valentina decidió acercarse, le administró una inyección de antibiótico y comenzó su tratamiento. El tratamiento fue exitoso, y cuatro meses después, la loba tuvo cachorros. En una ocasión, un oso irrumpió en la casa.
El perro, una vez más, mostró su valentía, pero murió defendiendo a su dueña. Valentina lo enterró con todos los honores. Curiosamente, la loba no abandonó a Valentina después de este incidente.
Muchos sabían que Valentina tenía un perro y un animal salvaje. Un día, un hombre que conducía un carro vio un lobo frente a él. Inmediatamente sacó su pistola, pero al apuntar, reconoció al animal y se dio cuenta de que era el mismo lobo que había visto con Valentina en varias ocasiones. Esta es una hermosa historia que demuestra cómo el amor puede transformar a todos los involucrados. La loba permaneció con Valentina y protegió a ella y a su familia hasta el final de su vida.