Muchos actores son reconocidos tanto por su talento como por su apariencia. Algunos son elegidos para papeles similares, lo que puede ser una ventaja para quienes buscan estabilidad, pero también puede limitar a aquellos que desean explorar nuevos personajes.
Frankie es un claro ejemplo de este dilema. Ha sido actor desde que terminó la secundaria y ha participado en diversas películas y series de televisión, con breves apariciones en proyectos como Saturday Night Fever y telenovelas como So the World Turns.
Ahora, a sus 65 años, sigue residenciado en Nueva York y persiguiendo su sueño, aunque siente que su carrera ha estancado. Él cree que su aspecto inalterado es, en parte, responsable de esta situación. De hecho, Frankie no se ha cortado el cabello en cinco años, dejándolo crecer hasta alcanzar la longitud de su brazo, y su barba ahora es espesa y desaliñada.
Con su look desenfadado, prefiere usar vaqueros y camisas de franela, lo que ha llevado a que lo encasillen en papeles similares a lo largo de los años.
Recientemente, durante su aparición en Rachael Ray Show, admitió que se siente destinado a interpretar siempre al “viejo que da miedo”.
Fue su tía quien lo animó a cambiar radicalmente de apariencia, convencida de que un cambio podría relanzar su carrera.
¿El resultado? Una transformación sorprendente que lo hizo parecer diez años más joven, tanto que ni él mismo se reconocía en el espejo. Su cambio se volvió viral en las redes sociales.
A pesar de su edad, Frankie no piensa en retirarse. Mientras muchos de sus colegas consideran la jubilación, él ve su nuevo look como una oportunidad para conseguir papeles más diversos y desafiantes.
Tras años de esfuerzo, espera que esta transformación finalmente le brinde el avance creativo que ha estado buscando.
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