Dicen que cuando la vida te da limones, haces limonada. Sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo, pero nada es imposible si nos lo proponemos y dedicamos esfuerzo para lograrlo.
Cara Brookins vivió en un matrimonio abusivo, y tras tomar la valiente decisión de dejar a su esposo, se llevó a sus hijos y comenzó de nuevo en un nuevo hogar. Como madre de cinco, se dio cuenta de que debía protegerlos del ambiente tóxico en el que habían vivido. ¿Cómo lo logró?
Cara diseñó los planos de la casa y aprendió todo lo necesario a través de videos de YouTube, desde la instalación de fontanería y gas hasta la construcción de cimientos y paredes. Suena increíble, ¿verdad? Al mirar atrás, todo parece imposible.

Cara, analista de programación, decidió construir su propia casa desde cero porque en 2007 no podía permitirse algo lo suficientemente grande para su familia. Con mucho esfuerzo y dedicación, creó un hogar para ellos.

Cara describió la experiencia como: “Si alguien más estuviera en nuestra situación, lo haría”. Aunque parecía una locura, ella sabía que tenía que hacerlo. Solicitó un préstamo de 150.000 dólares y pagó 20.000 por un terreno. Sus hijos, con edades entre dos y diecisiete años, participaron en la construcción de la casa de 325 metros cuadrados.
Como la propiedad no tenía agua corriente, su hija Jada, de once años, llevaba agua en cubos desde el estanque del vecino. Su hijo Drew la ayudaba con los planos. Cara, por su parte, mezclaba el cemento de los cimientos, trabajando sin descanso. Los niños acudían a la obra todos los días después de la escuela para ayudar.

Además, Cara contrató a un bombero con conocimientos de construcción por 25 dólares la hora para realizar las tareas más complejas. “Era un pequeño avance de conocimientos”, recuerda.

El 31 de marzo de 2009, la familia se mudó a Inkwell Manor, el nombre que eligieron en honor al sueño de Cara de ser escritora. “Al principio nos avergonzaba tener que construir nuestra propia casa”, comenta Cara.
“No era algo de lo que estábamos particularmente orgullosos, pero terminó siendo lo mejor que pude hacer por mí y mis hijos”. Y añade: “Todo es posible si yo, una programadora de 50 kilos, pude construir una casa completa”.

Su consejo: “Elige un objetivo y ve por él. Empieza con un gran proyecto que siempre hayas querido hacer, comienza poco a poco e involucra a quienes también necesitan un impulso. Esto tiene un poder inmenso”.

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